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Faerberia carbonaria

Sin valor culinario. Encontrada en bosque de cedro de Talassentane.

Fistulina hepatica

Comestible de calidad media. Por su tamaño y color se asemeja a la víscera del hígado. Carne gruesa, con vénulas que segregan jugo rojizo y salado. Todo el año. Lignícola. Saprofita troncos viejos de encinas, alcornoques, castaños y robles. Acelera su descomposición, beneficiando al bosque.

 

Flammulina velutipes

Comestible de baja calidad. Cutícula lisa, viscosa en tiempo húmedo, de bello color anaranjado, a veces algo rojizo o amarillento, con el centro más oscuro. Pie delgado, cilíndrico, radicante, recubierto por pelillos aterciopelados. Carne escasa y blanquecina. Sabor dulzón. Invierno y primavera. Saprofita tocones, troncos o ramas muertas (a veces ocultas bajo la hierba), preferentemente en árboles caducifolios. Crecimiento cespitoso, en grandes ramilletes.

Fomes fomentarius

Sin interés culinario. Especie lignícola, parece una deformación de la corteza del árbol, a la que está pegada. Carpóforo de gran dureza en forma de pezuña, con superficie rugosa y color gris o amarillento. Todo el año en bosques caducifolios, cuyos árboles parasita.

Fomitopsis betulina

El carpóforo es anual de tamaño notable Suele tener forma semicircular o de lengua, también de riñón.. Su superficie pileica es completamente lisa, de color uniforme gris ocráceo, netamente ocre de vieja, Es característico el margen siempre redondeado de esta especie. El himenio está formado por tubos y poros blancos, algo más oscuros de viejos. El pie es rudimentario y lateral, del mismo color que el sombrero, a veces está enterrado en el sustrato y no es visible. La carne es blanquecina, blanda cuando de joven y se va endureciendo hasta volverse como el corcho. Olor no desagradable, y su sabor es un tanto amargo. Es una especie que parasita exclusivamente la madera de los abedules. Fructifica prácticamente en cualquier época del año.

Fomitopsis pinicola

Sin interés culinario. Carpóforo en forma de casco de caballo, adornado con zonas de vivos y llamativos colores: amarillento de joven, después anaranjado, amarillento o pardo-rojizo con el borde más claro. Saprófito lignícola, sobre todo en bosques de coníferas, pinos, abetos e incluso en caducifolios. Todo el año, especie perenne. Ataca árboles o troncos viejos, acelerando la descomposición. Su presencia en el pino es una señal inequívoca de que no está sano. Se trata del yesquero más utilizado por el hombre, para encender fuego.

Fuligo candida

Mixomiceto

Fuligo cinerea

No comestible. Carpóforo en forma de plasmodio mucilaginoso o masa espumosa reticulada, de varios cms. de longitud (recuerda a leche cuajada), color blanco-sucio que puede virar a violáceo. En los primeros estadios de plasmodio, los etalios dejan al moverse un rastro mucoso o hipotalo. Tras madurar, la carne se convierte en una masa pulverulenta irregular de color más oscuro y textura más dura, cubierta por una red de color blanco-sucio. Aparece a inicios de otoño. Saprofita ramitas, hojas, madera, tocones, hierba…. Se alimenta de bacterias.

Fuligo septica

Sin interés culinario. Aspecto mucoso-espumoso, hongo mucilaginoso, que en su fase plasmodial goza de movimiento ameboideo, con desplazamiento propio. Coloración variable, desde amarillo intenso de adulta, al blanco, crema, pardo. Parasita tocones de árboles cortados, hojarasca, musgo y otros restos vegetales que alberga el suelo. Muy común, pero el calentamiento global podría afectarle negativamente.

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